jueves

Gandores Premio Microcuento Mes de Julio

Primer Premio

El asceta
Por María Laura Irico


Entró a la gruta con la firme intención de lavar sus pecados.
Despojado de sus vestimentas, solo traía un lienzo a manera de taparrabos.
Pensaba purificarse dejando de lado todos los alimentos; sobreviviría bebiendo del agua pura del manantial. La atmósfera azul conferida al ambiente por las paredes de piedra circundantes, le ayudaría a concentrarse en lo único importante.
Pasado cierto tiempo, consideró que ya estaba listo para salir del encierro autoimpuesto, y así lo hizo, con gran esfuerzo.
Lo que vió lo llenó de desconcierto: el mundo que había dejado, ya no era el mismo ante sus ojos gastados. Con resignación, volvió a internarse en su gruta, para nunca más salir.

Segundo Premio

Tu recuerdo


Con la vista fija en la ventana Nora tenía ante si la típica postal de un Buenos Aires invernal, como la letra de un tango…humedad, llovizna y frío, la calle estaba desierta y su rostro reflejaba el gris de ese cielo cubierto en su mirada, los vidrios empañados como sus ojos se entremezclaban con el persistente recuerdo de lo vivido esa noche con Ernesto, cada momento se repetía como película una y otra vez, la misma melodía envolvía sus sentidos.
Cubriéndose con la bata AZUL, tomo la taza de café y camino hacia la cama donde el LIENZO de esas sábanas arrugadas aun tenía el aroma a su perfume, su cuerpo tembloroso se deslizo embriagado, abrazo la almohada y revivió el éxtasis que jamás había sentido. Su cuerpo fue la GRUTA donde las pasiones más lujuriosas la llevaron a tocar las estrellas en las manos del más inmenso placer, sus caricias, sus besos fueron el MANANTIAL de agua fresca que lograron apagar la hoguera que su piel sentía.
Fue la noche en que sus instintos lujuriosos lograron saciarse entre esos brazos fuertes y apasionados. Pero cuando Ernesto cerro la puerta entendió que esa sería la última vez que lo vería…una despedida ardiente que el TIEMPO jamás borraría. Si tanta pasión incontrolable fue PECADO, Nora volvería a morder una y otra vez la manzana prohibida sin ningún remordimiento, sabiendo que ese hombre que la llevo a descubrir cada parte de su esencia la había marcado, ya no sería la misma…había un antes y ahora un después lleno de nuevas experiencias y una gran tristeza por su partida.-

NORA RICOTTI



Tercer Premio

Susurros y Voces.

Había sido una locura entrar en la gruta. Cuando encontró aquel lienzo viejo entre las cosas robadas de la iglesia su primer pensamiento fue dejarlo con todo lo demás pero una fuerza invisible le había llevado a guardarlo rápidamente antes de que le viese el sacristán. Una vez en su casa lo extendió en la mesa del estudio y al desenrollarlo una especie de crujido siniestro le asustó. Cuando lo miró fue terror lo que sintió junto con el escalofrío que recorrió su cuerpo. Los colores brillantes se habían difuminado y mezclados unos con otros menos el azul. Este permanecía en el lienzo formando una estrella de cuatro puntas y de su centro emanaba una luz que lo cegaba. Tuvo que apartar los ojos al tiempo que lo cubría con una toalla gruesa y salió apresuradamente de la habitación.
Estuvo caminando por la calle sin atreverse a regresar y tampoco se atrevía a contarle nada a su amigo Damián por temor a que éste a su vez, se lo dijera a los otros. Miró el reloj y se dio cuenta de que el tiempo avanzaba inexorable a las dos de la madrugada. Tenía que volver pero temía enfrentarse a lo que ya adivinaba en aquella estrella. Sin embargo debía afrontarlo de una vez por todas. La penitencia a su pecado merecía la pena si podía salvar su vida y la de otros.
Dejó los pensamientos y se concentró en el gran silencio que reinaba a su alrededor. Aún le quedaba un largo trayecto que recorrer antes de que pudiese percibir el ruido del agua. Un suave aroma le llegaba junto con cálidas ráfagas de aire. Se preguntaba dónde estaría el límite que separaba la frontera de lo absurdo y de lo real de aquella aventura en la que se había metido sin pensar. Sintió miedo pero ya no podía volverse atrás. De repente se encontró metido en el agua casi sin darse cuenta. Estaba caliente. El manantial no era demasiado grande y fluía desde arriba convirtiéndose en cascada que arrojaba el agua en forma de espuma hasta convertirse en un pequeño riachuelo. El grito se ahogó en su garganta y al fin pudo abrir los ojos.

Ma. Ascensión Rivera

6 comentarios:

  1. Enhorabuena a todos. Merecidos premios.
    Un beso

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  2. Realmente cada uno de los premiados han demostrado merecer tal distinción por la excelente calidad de sus trabajos.¡aplausos!
    Elsa Tébere (catalinaladivina)

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  3. ¡Felicitaciones a cada uno de los participantes! Merecidísima distinción.¡aplausos!

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  4. Enhorabuena!!! Calidad con reconocimiento muy merecido!!!

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  5. ¡Hola a todos! Me he encontrado con la gratísima sorpresa de ver premiado mi cuentito "El asceta". Es una gran alegría para mí, sobre todo teniendo en cuenta que incursioné en el género de los microcuentos hace muy poco, y también porque es la primera vez que participo en el grupo.
    Sinceramente quiero agradecer a Rocío y también a Gabriela por esta lindísima distinción. Y sobre todo por incentivarnos a escribir y crear en base a una muy buena propuesta.
    También quiero felicitar al resto de los participantes, cuyos cuentos fui leyendo uno a uno a medida que iban apareciendo, con el debido interés y aprecio, disfrutando del intercambio y a la vez aprendiendo un poco de todos.
    Nuevamente gracias, ¡y nos vemos en el próximo!
    Mis cariños, María Laura

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  6. Perdon por diferir,pero que cuentitos tan aguados,rayando en lo inane;y a quienes los elogian les digo que los escritores tienen los lectores que merecen.Eleven sus miras,por favor.Recuerden lo que dijo Woody Allen:Si todo lo que hay en el universo es imaginario,entonces acabo de pagar de más por el alfombrado.

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