SONETO DE LA LENGUA
Por Zakarías Zafra Fernández

¡Oh dátiles malditos incrustados
tras los poros de tu lengua femenil,
isla hundida, galeón de mi naufragio,
primavera sutil de la saliva!
¡Qué trágica tu carne enrojecida,
henchida por el fin teatral de un beso!
¡Qué pobres las ovejas de mis dientes
carcomiendo el cayado de un pellejo!
Día de abril en que encontré tu boca
umbrátil, estacionada en sequía,
a la espera de mis oscuros sueños.
Y fue ahí, remontando el tablado,
cuando los foscos verbos me dijeron:
tu lengua de telón ya cerró el acto.
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ResponderEliminarUn consejo, si quieres ser el precursor del soneto blanco, dale union en los versos, similar a la rima, no se una correspondencía, entre ellos, que establezca, algo asi como la rima.
ResponderEliminarSería geníal.
Debo pedir disculpas publicamente, por cometer la tamaña estupidez, de aconsejar para mejorar lo insuperable.
ResponderEliminarEste es para mi un genial "soneto blanco".
Prueva irrefutable de que se puede unir la vieja métrica castellana, a la moderna y espiritual poesía libre.
Me excuso en mi incapacidad para versar en poesía libre, lo cual no me impide sentir su profunda belleza.